Vitamina D en pacientes hospitalizados con infección por SARS-CoV-2
Otro nuevo estudio hecho en España que apunta a la misma dirección, el deficit de vitamina D.
Los niveles de COVID-19 son más bajos en los pacientes hospitalizados que en los controles basados en la población y estos pacientes tenían una mayor prevalencia de la deficiencia. No encontramos ninguna relación entre las concentraciones de vitamina D o la deficiencia de vitamina y la gravedad de la enfermedad.
Hay varias líneas de evidencia que podrían apoyar un papel del estado de la vitamina D en la infección del SARS-CoV-2. En primer lugar, la deficiencia de vitamina D es una afección común en todo el mundo, y los niveles séricos de 25 hidroxivitamina D (25OHD) siguen un patrón estacional y geográfico bien conocido. España, situada en las zonas templadas del hemisferio norte, pero con una mayor prevalencia de la deficiencia de vitamina D, ha alcanzado tasas muy altas de infección y letalidad del SARS-CoV-2.
En segundo lugar, la vitamina D es una hormona esteroide que participa en la modulación del sistema inmunológico innato y adquirido y también en la producción de péptidos antimicrobianos, como la catelicidina y la β-defensina-2 humana, así como en la expresión de genes que intervienen en la destrucción intracelular de patógenos (3-5). En tercer lugar, los bajos niveles séricos de 25OHD se encuentran con frecuencia en personas de edad avanzada o en personas con enfermedades crónicas, como la hipertensión, la diabetes, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares, que también se han notificado como factores de mal pronóstico para COVID-19.
Por último, la desregulación del IECA2 por el SARS-CoV-2 provoca una desregulación del sistema renina-angiotensina (SRA), lo que contribuye a la "tormenta de citoquinas" que precede al síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) característico de la forma grave de COVID-19. En este sentido, la vitamina D puede inhibir la producción de citoquinas proinflamatorias en los monocitos/macrófagos humanos, y la deficiencia crónica de vitamina D puede inducir la activación del SRA, lo que conduce a la producción de factores fibróticos y, por lo tanto, al daño pulmonar.
Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, nos propusimos evaluar los niveles séricos de 25OHD en pacientes hospitalizados con COVID-19 en comparación con los controles basados en la población. También se analizó la posible asociación entre las concentraciones séricas de 25OHD y la gravedad y mortalidad de COVID-19.
Diseño del estudio y participantes
El estudio consta de dos partes. En primer lugar, hemos diseñado un estudio retrospectivo de casos y controles que incluye 216 pacientes de ≥18 años con COVID-19 confirmado, ingresados en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander, en el norte de España, del 10 al 31 de marzo de 2020, y 197 controles basados en el sexo de la población reclutados de la cohorte de Camargo durante su última visita de seguimiento en enero a marzo del año pasado. Del presente estudio, hemos excluido a los pacientes o controles con trastornos de mala absorción, cirrosis hepática, niveles de creatinina sérica >1,9 mg/dL, o tratamiento previo con anticonvulsivos.
Diecinueve pacientes de COVID-19 que recibieron suplementos de vitamina D por vía oral durante más de 3 meses en el momento de su admisión fueron analizados como un grupo separado, y los controles que reciben estos suplementos también fueron excluidos del estudio.
En segundo lugar, hemos evaluado sólo el grupo de pacientes de COVID-19 para evaluar la posible influencia de la deficiencia de vitamina D en el resultado de la enfermedad. Los participantes de la cohorte Camargo dieron su consentimiento informado por escrito y el estudio fue aprobado por el Comité Ético de Investigación Clínica de Cantabria (código interno 2016.003). El presente estudio fue aprobado por el Comité Ético de Cantabria (código interno 2020.55). Las muestras de suero de los pacientes de Covid-19 fueron proporcionadas por la colección de muestras del Biobanco IDIVAL (código interno 2020-126).
Conclusiones
Los niveles de COVID-19 son más bajos en los pacientes hospitalizados que en los controles basados en la población y estos pacientes tenían una mayor prevalencia de la deficiencia. No encontramos ninguna relación entre las concentraciones de vitamina D o la deficiencia de vitamina y la gravedad de la enfermedad.